La primera vez que un cliente contacta con una empresa de traducción desconoce por completo el procedimiento y nos suele preguntar: “quiero traducir un documento en tal idioma, ¿qué tengo que hacer?” Esta situación de desconocimiento le puede ocasionar a veces malas sorpresas si no contacta con una empresa profesional. A continuación le damos unos breves consejos a la hora de seleccionar un proveedor de traducciones:
– Los traductores son profesionales con estudios superiores e incluso a veces completan su formación con un máster. Por lo tanto no se trata sólo de ser nativo y hablar su propio idioma además del idioma original, se necesita una preparación adecuada en la universidad. Conviene que se informe si los traductores de la empresa que quiere contratar son todos profesionales titulados.
– Además del aspecto idiomático cada vez más se requieren conocimientos informáticos que los traductores deben manejar y para los cuales se van formando a lo largo de su vida laboral. Por ejemplo una agencia de traducción de calidad trabaja con memoria de traducción (como Trados o Déjà Vu) , como ya hemos ido comentando en este blog, para reutilizar frases traducidas anteriormente para un mismo cliente y no cobrárselas dos veces. Dicho de otro modo, las memorias de traducción son como una base de datos que almacena los textos traducidos anteriormente, y cuando vuelve a salir la misma frase en el documento original (como suele ocurrir en caso de proyectos continuos para un mismo cliente) pues permite reutilizar la misma traducción que se hizo y no cobrarla al cliente de nuevo. Conviene preguntar con qué programas trabaja la agencia y si aplica descuentos en caso de frases repetidas que se detectan con los programas de memoria de traducción. Puede exigir también que con la traducción se le envíe la base de datos actualizada que así podrá conservar.
– Tiene derecho a recibir la traducción en el mismo formato que el documento que ha enviado a traducir.
– Su proveedor de traducción debe efectuar un control de calidad: por ejemplo planificar una revisión interna de la traducción una vez acabada ésta.
– La empresa de traducción debe disponer de un seguro de responsabilidad civil que proteja a sus clientes de cualquier perjuicio que pudiera ocurrir. Asimismo debe garantizar la total confidencialidad de los datos de sus clientes.
– Por último, debe existir un servicio post-venta con derecho a reclamación durante un periodo de 30 días.
Más información en:
http://www.open-idiomes.es/compromisos.html