El trabajo de traductor, como cualquier otro, pretende cobrar su servicio por el tiempo empleado. Cuando más dedicación para un texto, sea por razón de dificultad del lenguaje o por un diseño algo complejo, más caro resultará el precio final. Algo lógico, ¡vamos! No es lo mismo pintar una habitación cuadrada de 20 m2 que otra de 40 m2 con cenefas. Pero ¿cómo se podría demostrar el tiempo que invertimos en traducir al cliente final?
Bien es cierto que hace años algunas agencias cobraban por línea, de ahí mucha controversia porque ¿cuántas palabras hay en un línea? Un dilema de difícil solución. Por lo tanto, poco a poco se ha establecido el criterio utilizado por todos hoy en día: el precio por palabra. Para el cliente eso supone una venta dado que puede contabilizar la cantidad traducida y contrastar con el volumen que consta en la factura. La única diferencia entre unas empresas de traducciones y otras es que algunas cobran por palabra de texto de origen y otras por palabra traducida. Hay poca diferencia al final excepto en algunas combinaciones como entre el castellano y el alemán, por ejemplo, donde hay un desvío de un 20% final, según si es al castellano o al alemán. Open Idiomes cobra por palabras traducidas porque representa el trabajo realmente hecho, es más lógico en sí.
A este precio por palabra algunos traductores o agencias añaden un plus, que puede variar entre un 10% y un 50% según la dificultad del texto, el diseño del texto de origen (cuando hay texto incrustado por ejemplo) o sobre todo en caso de urgencia o de trabajo de fin de semana. Algún incremento se puede justificar, otros menos. En Open Idiomes no añadimos ningún plus a nuestros precios, fijamos un precio redondo sin más. Lo que sí hacemos son descuentos al precio unitario según el volumen. No es lo mismo un encargo de 5000 palabras que otro de 50.000, evidentemente.
Cabe señalar una excepción a esta tarifa por palabra, en el caso de las traducciones juradas que suelen cobrarse por documentos cuando se tratan de certificados, hojas de una sola página. Cuando son documentos más extensos (actas de empresas, escrituras..) el precio vuelve a ser por palabra, aunque más caro al tratarse de traducciones oficiales.
En resumen, las traducciones se suelen cobrar por palabra pero ¡ojo a las sorpresas! Pida siempre un presupuesto antes de encargar un trabajo para evitar sorpresas, y no ver un plus añadido a un precio unitario que a veces resulta demasiado tentador. Si trabaja con Open Idiomes no tendrás malas sorpresas en este sentido.