Quiero traducir mi web

 

 

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En un mundo cada vez más global donde nuestro sitio web representa el mejor escaparate para nuestra empresa, podemos afirmar que tener su web localizada al idioma target resulta imprescindible. Aparte del idioma local conviene traducirla al inglés porque se trata del idioma de comunicación por excelencia. Si decido vender mis productos en Hungría, por ejemplo, me comunicaré con el posible comprador en inglés. Y recuerde de encargar la traducción de su web a una empresa profesional como Open Idiomes donde trabajamos exclusivamente con traductores titulados y con amplia experiencia. Está en juego su imagen ¡no lo olvide!

Ahora bien, no solo conviene traducir su web en inglés sino también localizarla al idioma local donde venderá sus productos. Esto le garantiza un mejor acercamiento al comprador que muchas veces necesita exactitud y espera una lectura como si el texto fuese redactado de primera mano. Por lo tanto solo un traductor profesional tiene los conocimientos y la experiencia para encargarse de un trabajo de estas características.

Sólo una empresa de traducción fiable podrá ayudarle a transmitir su mensaje de manera global a otros mercados, aspecto que conviene tener en cuenta para garantizar el éxito deseado. Un buen proveedor de traducciones le ahorrará tiempo y dinero en este proceso, reutilizando bases de datos de traducciones anteriores, e incluso podrá traducir su web en el formato adecuado para que pueda subir las páginas a su servidor.

El control de calidad en una traducción

 

 

 

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Traducir es un arte difícil que requiere tiempo, lectura y relectura del trabajo una vez éste acabado. Sin embargo ¿qué control de calidad nos puede garantizar una calidad óptima, libre de errores? Si el cliente nos deja tiempo siempre conviene que otro traductor lea el texto final para mejorar el estilo o corregir algún que otro error gramatical o de puntuación. Podemos decir pues que un buen control de calidad es imprescindible para un resultado final impecable. En Open Idiomes no ignoramos que la total satisfacción del cliente solo es posible con una revisión cuidadosa de la traducción. El control de calidad es parte del proceso que seguimos, en que nuestro personal interno siempre realiza un chequeo antes de la entrega.

 

El control siempre dependerá del tipo de texto que tenemos, si nos enfrentamos a un texto financiero tipo balance miraremos que los números no estén alterados y los puntos y las comas bien situados, si se trata de un texto técnico chequearemos los términos técnicos, en cambio si es un texto para publicar daremos importancia al estilo, y que no queden faltas por supuesto lo que nos llevará a utilizar el corrector de ortografía desde 2 ordenadores distintos. Solo de esta manera se garantiza que el documento entregado al cliente reciba plena satisfacción.

 

Por norma general nunca dividimos un documento entre varios traductores para que no haya terminología distinta y sobre todo que el estilo fluya, que sea el mismo a lo largo del texto traducido.

 

Como hemos dicho anteriormente si el texto se publica pedimos a nuestros clientes el tiempo necesario para realizar una revisión exhaustiva y pedimos una muestra en PDF antes de ir a impresión para asegurarnos que todo esté correcto, a nivel de diseño, de espacio entre las letras o que ningún maquetista haya podido manipular el texto olvidándose de una letra por ejemplo.

 

En resumen, un buen control de calidad es una etapa necesaria en el proceso de traducción, una etapa que no se puede eludir y que cada cliente debe exigir a su proveedor lingüístico de referencia.

Necesito traducir un PDF

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Tengo un documento pdf y necesito traducirlo sin alterar el diseño ¿cómo puedo hacer?

Es muy fácil, nosotros utilizamos la aplicación de Acrobat Profesional y sobrescribimos el documento original sin cambiar ni tocar las imágenes, logos o cualquier cosa que no sea el texto. Abrimos el pdf con Acrobat profesional y desde allí traducimos el texto. Utilizamos la mejor herramienta profesional para trabajar con los documentos pdf. Incluso un documento escaneado se puede traducir y se conserva el diseño de origen.

Otra solución que adoptamos a veces es traducirlos desde el programa Trados cuando son pdf muy grandes, el procedimiento es muy sencillo: importamos el pdf dentro de Trados donde traducimos y lo exportamos a pdf una vez acaba la traducción. El diseño final queda perfecto.

Podemos traducir a cualquier idioma, no dude en preguntarnos más información en http://www.open-idiomes.es/contacto.html

Traducir con Indesign

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No sólo el mundo de la traducción evoluciona sino también el sector de la informática o del diseño. De los programas que hace diez años se utilizaban para crear folletos o presentaciones la mayoría han desaparecido. Últimamente, el programa que se lleva los favores de los maquetistas es sin lugar a duda Indesign, un programa que recuerda Word pero con infinitas de opciones para colocar imágenes, dar formato al texto, en fin maquetar al detalle antes de enviar a imprenta. Por este motivo, un número creciente de clientes nos encargan directamente sus maquetas hechas con Indesign para que las traduzcamos a otro idioma y así ahorrarse el tiempo perdido en volver a pegar el texto desde Word al software de diseño, con el agravante que un error de manipulación puede resultar fatal. Para el traductor Indesign representa un reto porque es más difícil de manejar que el bien conocido Word pero como decíamos no hay otra opción que adaptarse al mercado si uno no quiero morir en el intento. El mayor inconveniente es que se tiene que exportar el documento final a PDF para poder pasar el corrector, pero es un inconveniente menor. Además, hay una ventaja nada despreciable: se pueden exportar los archivos en formato IDML y traducir desde el programa de memoria de traducción Trados, muy utilizado por la mayoría de traductores. Se traduce desde el software Trados, que permite almacenar frases o segmentos ya traducidos y que se van repitiendo, y luego una vez guardada la traducción en formato IDML se vuelve a importar desde Indesign y todo el formato queda intacto. Por lo tanto Indesign ha sabido adaptarse él también a los formatos de otros entornos profesionales para más agilidad, un punto a su favor.

Veremos que se va utilizando cada vez más Indesign para traducir presentaciones relegando Word a textos sencillos que no requieren la etapa de impresión. En Open Idiomes llevamos años traduciendo con Indesign y ofrecemos servicio de post edición antes de enviar las maquetas a imprenta.

Más información en:

http://www.open-idiomes.es/sectores-de-actividad.html

 

 

¿Cómo se cobra una traducción?

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El trabajo de traductor, como cualquier otro, pretende cobrar su servicio por el tiempo empleado. Cuando más dedicación para un texto, sea por razón de dificultad del lenguaje o por un diseño algo complejo, más caro resultará el precio final. Algo lógico, ¡vamos! No es lo mismo pintar una habitación cuadrada de 20 m2 que otra de 40 m2 con cenefas. Pero ¿cómo se podría demostrar el tiempo que invertimos en traducir al cliente final?

Bien es cierto que hace años algunas agencias cobraban por línea, de ahí mucha controversia porque ¿cuántas palabras hay en un línea? Un dilema de difícil solución. Por lo tanto, poco a poco se ha establecido el criterio utilizado por todos hoy en día: el precio por palabra. Para el cliente eso supone una venta dado que puede contabilizar la cantidad traducida y contrastar con el volumen que consta en la factura. La única diferencia entre unas empresas de traducciones y otras es que algunas cobran por palabra de texto de origen y otras por palabra traducida. Hay poca diferencia al final excepto en algunas combinaciones como entre el castellano y el alemán, por ejemplo, donde hay un desvío de un 20% final, según si es al castellano o al alemán. Open Idiomes cobra por palabras traducidas porque representa el trabajo realmente hecho, es más lógico en sí.

A este precio por palabra algunos traductores o agencias añaden un plus, que puede variar entre un 10% y un 50% según la dificultad del texto, el diseño del texto de origen (cuando hay texto incrustado por ejemplo) o sobre todo en caso de urgencia o de trabajo de fin de semana. Algún incremento se puede justificar, otros menos. En Open Idiomes no añadimos ningún plus a nuestros precios, fijamos un precio redondo sin más. Lo que sí hacemos son descuentos al precio unitario según el volumen. No es lo mismo un encargo de 5000 palabras que otro de 50.000, evidentemente.

Cabe señalar una excepción a esta tarifa por palabra, en el caso de las traducciones juradas que suelen cobrarse por documentos cuando se tratan de certificados, hojas de una sola página. Cuando son documentos más extensos (actas de empresas, escrituras..) el precio vuelve a ser por palabra, aunque más caro al tratarse de traducciones oficiales.

En resumen, las traducciones se suelen cobrar por palabra pero ¡ojo a las sorpresas! Pida siempre un presupuesto antes de encargar un trabajo para evitar sorpresas, y no ver un plus añadido a un precio unitario que a veces resulta demasiado tentador. Si trabaja con Open Idiomes no tendrás malas sorpresas en este sentido.

Quiero una traducción sin errores

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Cada traductor profesional se esfuerza al máximo para entregar un trabajo de calidad, es lo que suelen exigir las empresas de traducciones a sus empleados y/o colaboradores externos. Se revisan los trabajos, siempre y cuando el cliente nos deja el tiempo requerido, y se verifica la terminología técnica. Uno de los principales errores que puede incurrir un traductor es equivocarse de término técnico, aún pensando que no está nada equivocado. Por ejemplo en el ámbito médico una mala traducción podría causar un diagnóstico erróneo y ser muy perjudicial, o también en el ámbito químico un desliz en una ficha de seguridad puede llevar a consecuencias dramáticas. Por lo tanto siempre se tiene que llevar a cabo una revisión exhaustiva, tal y como lo hacemos en nuestro proceso en Open Idiomes. Un buen traductor con experiencia nunca incurrirá en un error de tipo “falso amigo” por falta de dominio de la lengua original. Entre el español y el inglés, por ejemplo, hay muchísimos falsos amigos que parecen decir algo pero que tienen otro significado. Para volver al dominio de la medicina estamos con un mundo profesional que tiene su propia jerga y el traductor debe tener experiencia suficiente para conocerla y dominarla. Es importante si se quiere conseguir una lectura que fluya. Conviene también traducir adecuadamente los acrónimos y las abreviaturas, muy habituales en el campo científico, exigen rigor en la traducción y búsqueda del organismo en concreto y de cómo se expresa en el idioma a traducir.

Como lo podemos ver cada texto y cada idioma tienen sus propias trampas lingüísticas, dificultad, rigor exigido…que obligan a seleccionar al traductor más cualificado según el texto a traducir. A lo largo de su experiencia cada traductor se siente más cómodo con ciertos campos de especialización y una buena agencia de traducciones debe seleccionar a sus profesionales según sus necesidades y según la especificidad de los textos de sus clientes.

Una traducción sin errores no es difícil pero exige rigor en la selección del traductor y planificación en cuanto a revisión para ajustarse a los plazos de entrega de los clientes.

 Más información en: http://www.open-idiomes.es

Quiero revisar mi traducción

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El mundo competitivo de hoy en día obliga a las empresas modernas a ofrecer un servicio óptimo, de la más alta calidad. En el sector de las traducciones eso supone entregar traducciones realizadas por traductores profesionales, nativos y viviendo en el país de su lengua materna (a la que traducen) para no perder nada del léxico y de las estructuras a lo largo de los años. Sin embargo, el error es humano y conviene que otro traductor o el gestor de proyectos revise las traducciones para asegurarse que no contienen errores y que respeten el libro de estilo de cada cliente.

La revisión es, de hecho, la última etapa, antes de entregar el trabajo al cliente. El trabajo de revisión como decíamos no significa que el traductor no esté capacitado sino que nos aseguramos que no queda ninguna omisión, ningún error de tipografía que el ojo de traductor no hubiera visto. Ya se sabe que el ojo que lee un mismo texto durante muchas horas engaña a veces.

Se tratará pues de corregir errores de estilo, de coherencia, de semántica, de ortografía, de puntuación y como decíamos de tipografía.

Siempre se seguirá el manual de estilo del cliente, porque cada empresa tiene sus preferencias léxicas o gráficas (tipo de letra, mayúsculas..) en cuanto a vocabulario utilizado, y conviene respetarlo para ofrecer un servicio de alta calidad.

En Open Idiomes revisamos las traducciones que entregamos puntualmente a nuestros clientes, más de veinte años avalan nuestra calidad.

Más información en: http://www.open-idiomes.es/

¿Traducir al inglés británico o americano?

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A la hora de encargarnos un pedido al inglés muchos de nuestros clientes no especifican si lo quieren en inglés UK o US. Solemos interpretarlo que lo necesitan para el mercado británico que es, para nosotros, lo más habitual. Sin embargo, a veces, se especifica lengua de destino como inglés norteamericano cuando el texto va para Estados Unidos o Canadá. Es importante porque el inglés de un lado u otro del “charco” es diferente en algunos aspectos, veamos cuáles son:

A nivel ortográfico el inglés americano utiliza menos letras a veces (color en vez de colour) y se utilizan mucho más la Z (specialize en vez de specialise en Inglaterra).

A nivel terminológico también existen diferencias, y no sólo la jerga. Por eso es importante conocer el mercado de destino para entregar una buena redacción y evitar malentendidos o, peor aún, falsos amigos comprometedores. En Estados Unidos se dice trouser y no pants como en el Reino Unido, el metro se dice tub y no metropolitan, el taxi se llama Cab y no taxi. Esas palabras cotidianas son importantes si se traduce un cuestionario para un estudio de mercado, una palabra mal interpretada obligaría a repetir el estudio con el consecuente gasto que supone. También la sintaxis difiere un poco cuando se trata de redacción más densa, de la misma manera que el español de suramérica para nosotros.

Sería muy desagradable para un lector de lengua inglesa tener que leer un texto con vocabulario diferente al suyo, teniendo que interpretar constantemente el significado. Por eso recomendamos a nuestros clientes que siempre nos especifiquen qué tipo de inglés quieren traducido, si el británico, lo más habitual repito, o el americano.

Más información en: www.open-idiomes.es

Diferencia entre traducción e interpretación

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Muchos de nuestros clientes ignoran la diferencia entre traducción e interpretación y a menudo asumen que ambos servicios lo puede hacer un mismo profesional. ¡Ni mucho menos! La traducción es versar un texto a otro idioma pero escrito mientras que la interpretación es exclusivamente oral. Bien es cierto que ambas disciplinas tienen como objetivo plasmar un texto a otro idioma  (bien escrito, bien oral) pero la formación para realizar el trabajo es distinta en cada caso.

El traductor tiene una formación académica en lenguas y se va especializando según el ámbito (técnico, jurado, comercial..), deberá encontrar la terminología exacta en su idioma para traducir un texto de origen desde un idioma que dominará pero que no será su lengua madre. El resultado deberá ser un texto fluido, bien redactado como si se hubiese escrito directamente en el idioma de destino. Es importante pues que esa lengua de destino sea la lengua materna del traductor, y mejor aún si puede vivir en su propia área lingüística para no perder nada de la evolución del idioma.

El intérprete recibe una formación académica pero con muchas prácticas orales para formarse en cuanto a traducir hablando. Por muy bien que domine dos idiomas el intérprete necesita ejercitarse y formarse para acostumbrarse a oír el locutor e ir traduciendo. Es un trabajo que cansa mucho de allí que las clases prácticas son sumamente importantes para coger experiencia. Tendrá que enfrentarse a muchas especialidades, por lo que le convendrá consultar los glosarios y materiales que tendrá a mano antes de la interpretación.

 

En resumen la gran habilidad del traductor es saber escribir correctamente, tener un buen estilo, y saber escoger la terminología adecuada en caso de dudas. También deberá poseer unos conocimientos informáticos cada vez más avanzados. El trabajo del intérprete requiere tener agilidad verbal para pasar de un idioma a otro. Debe ser una persona abierta, sociable y que genere empatía en caso de problemas (horas adicionales imprevistas, problemas técnicos con el micro..) Debe poseer también buena memoria para memorizar el texto a traducir oralmente, no lo podrá apuntar. Por último, si tiene una voz clara y agradable es un punto a su favor.

Peligros de hacer una traducción uno mismo

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Con la llegada de la crisis en el 2008 no pocos clientes decidieron encargar los trabajos de traducción de su empresa a personas internas o incluso hacerlos ellos mismos. Eso se concretó en un sinfín de problemas para muchos al no tener la preparación adecuada y desconocer los pormenores de una profesión que exige dedicación y experiencia. La mayoría han vuelto a trabajar con sus proveedores habituales. Pero ¿cuáles son los riesgos de hacer una traducción uno mismo?

  • Primero se pierde mucho tiempo. Al no estar uno acostumbrado a redactar y a traducir a otro idioma tarda mucho más que un traductor acostumbrado a hacerlo ocho horas al día. Todo este tiempo perdido se podría emplear para hacer otras tareas necesarias en la propia empresa. O sea lo que se ahorra por un lado se pierde por otro.
  • No siempre la lengua traducida es la lengua materna de uno, por lo tanto hay un problema de desconocimiento lingüístico para poder efectuar una traducción de calidad. El resultado será un patchwork literal.
  • Si se contrata a una persona para efectuar la tarea de traducción en la propia empresa, pues la verdad no sale a cuenta por los costes laborales, es preferible trabajar con una empresa externa de traducciones que factura por palabra pero sólo cuando se requieren sus servicios.
  • La traducción final será la imagen de su empresa al mundo exterior por lo tanto es importantísimo cuidarla. Hacer la traducción uno mismo no es la mejor manera la verdad, mejor confiar el trabajo a unos profesionales.

Ya conocemos el refrán “quién mucho abarca, poco aprieta”: querer hacer un trabajo que no corresponde a nuestra capacidad es de alto riesgo, especialmente cuando nuestra imagen está en juego. Como siempre decimos para abaratar costes la mejor manera es reducir el tamaño de los textos a traducir. La gente suele ser prolija y se repite muchas veces cuando escribe, hacer un resumen viene a ser la mejor manera de disminuir el precio final de la traducción, sin olvidar que el lector siempre prefiere leer textos cortos que largas frases.