Hoy en día, la mayoría de los folletos y manuales que se entregan con los aparatos que compramos son pdf que podemos descargar en línea. Eso supone una gran ventaja para las empresas porque no tienen que imprimirlos y se ahorran una buena cantidad de dinero en este aspecto. Otra ventaja es que siempre se puede implementar un cambio o actualizar un manual sin que eso suponga volver a pasar por la imprenta. Para el consumidor se acabó el tiempo de guardar en un cajón todos los manuales de los electrodomésticos, ordenadores comprados, se busca la referencia on line y ¡salvados! Allí están a nuestro alcance.
Sin embargo, a veces es inevitable tener que imprimir folletos o trípticos, como en el caso de las empresas turísticas por ejemplo o para una feria. Muchos de nuestros clientes nos envían los textos en Word para que los traduzcamos y ellos mismos se encargan de la maquetación, que sería la fase pre-impresión. Siempre aconsejamos a nuestros clientes que nos envíen el folleto una vez maquetado para una posterior revisión con tal de evitar un error de manipulación de textos durante la maquetación. Claro, el diseñador gráfico no es lingüista y puede omitir una letra sin querer. Por lo tanto es imprescindible esta fase de revisión de la maqueta antes de la fase de impresión.
No es lo mismo, pues, publicar un documento en un sitio web, que se podrá retocar, que un folleto clásico impreso en papel. Los clientes lo tienen que saber y siempre les asesoramos en este sentido. Un buen servicio de una empresa de traducciones también incluye el asesoramiento.