Todos sabemos que la crisis genera a veces nuevas expectativas a pesar de destruir empleos. Muchos jóvenes diplomados se marcharon unos años al extranjero, esencialmente a un país de lengua inglesa, y han vuelto a España con un nivel de idioma muy alto. No cabe duda que para pasar a otro nivel en cuanto a idioma se refiere no hay nada mejor que una larga estancia al extranjero.
Luego, pasada lo fuerte de la crisis, se reinsertan en el mercado laboral con nivel casi bilingüe lo que lleva a las empresas a veces a recurrir a ellos para traducir documentos internos o proyectos. Ahora bien, nunca tendrán el nivel de un traductor nativo, y conviene hacer una revisión exhaustiva de su traducción. De hecho no es lo que aconsejamos a nuestros clientes, les repetimos que siempre es mejor confiar en una empresa profesional para sus traducciones, pero la política de reducción de gastos a veces impone su ley.
Entonces nos envían el documento traducido a revisar y nos suelen pedir primero un presupuesto. Antes de confeccionarlo conviene:
– Que el cliente no dé también el original que ha servido de lengua fuente para traducir. Sin este original no podremos percatarnos de un desliz de mala comprensión o de un cambio de sentido.
– Determinar el objetivo del documento traducido: uso interno o publicarlo. Muchas veces estará traducido algo literal por lo que conviene volver a redactarlo si se tiene que publicar, en este caso los ahorros de gastos para el cliente son más bien pocos.
– Delimitar las expectativas del cliente ¿qué espera de nuestra revisión? ¿Sólo la ortografía y la gramática o también el estilo? ¿tiene preferencia para cierta terminología o nos deja libre elección (en caso de documentos técnicos) ?
– Saber también que se suele cobrar por palabra, como las traducciones aunque más barato en este caso por supuesto, pero según la calidad de la redacción el precio puede verse aumentado. Para una traducción es fácil porque se empieza desde cero, pero una revisión hay una base que a veces es de buena calidad, pero tras veces dista mucho de serlo.
En resumen, aunque a simple vista pueda parecer un trabajo sencillo la revisión necesita una buena comunicación previa cliente-empresa de traducciones para definir los objetivos y las expectativas del trabajo solicitado. Sólo con esas premisas se puede cumplir con un trabajo de calidad.