Redactar correctamente un original

Unknown

A lo largo de los años, una empresa de traducciones consigue una cartera de clientes que también supone una multitud de puntos de vista en cuanto a análisis de la calidad de nuestro trabajo. Y en esos puntos de vista entra en juego la subjetividad del lector. Es evidente que un texto traducido y revisado tiene que ser fiel a lo que dice el original sin ser literal, sin embargo no podremos evitar nunca ciertas discrepancias del cliente-lector, que a veces no mira el original sino únicamente el texto traducido y que desea hacer cambios porque prefiere decir algo de una manera y no de otra. Hay una línea roja entre una traducción demasiado literal, cercana al texto de origen, y la subjetividad del lector. Desgraciadamente no podemos entrar en el cerebro del lector para saber si le gusta más un adverbio u otro.
Ahora bien, para poder realizar una buena traducción y una redacción de calidad es importante que el texto original esté bien redactado. Siempre damos recomendaciones a nuestros clientes referente a los textos originales, son éstas:
– que pasen el corrector ortográfico a sus textos antes de enviárnoslos.
– que intenten evitar las ambigüedades para asegurarnos que el traductor entenderá perfectamente la frase.
– que nos expliquen en detalle los términos técnicos que pueden suscitar controversia.
– que nos den el significado completo de los acrónimos, sobre todo cuando son internos a la propia empresa.
– que nos digan a quién va dirigido el texto, es decir quién será el lector final.
– que no redacten el original con frases demasiado largas. Las frases de varias líneas son más difíciles de redactar y se cae fácilmente en la falta de claridad.
– en caso de textos técnicos que nos den material (folletos antiguos…)
– y, por último, que revisen a fondo el texto antes de enviárnoslo a traducir.
En resumidas cuentas, la calidad del original incide directamente sobre la calidad de la traducción. Primero, porque un texto original bien redactado evita las ambigüedades de sentido y luego un estilo estándar tendrá una traducción de estilo similar, lógicamente. Mientras tanto, una redacción con estilo más refinado será tratada como dirigiéndose a otro público y con la traducción se respetará el mismo estilo.

 

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