Category: Traducciones
Traducción castellano catalán
No es la combinación que más nos solicitan los clientes pero no cabe duda que es de las más exigentes. Efectivamente, en muchas empresas el propio personal, cuya lengua materna es el catalán, se ve muy capacitado para traducir sus propios materiales. Sin embargo, tenemos que avisarles que no es tan fácil realizar un trabajo de alta calidad en lengua catalana sin una preparación a tal efecto. Para traducciones de castellano a catalán se exige un nivel de redacción muy correcto en lengua catalana, sin incurrir en hispanismos. Y esto sólo un traductor profesional o una persona que acostumbra a redactar en lengua catalana lo puede hacer. Lo difícil es no mezclar los dos idiomas en la sintaxis. Tampoco podemos olvidar las reglas gramaticales propias de la lengua catalana, que son complejas y que conviene conocer.
Los documentos que nos piden traducir en catalán suelen ser: informes de empresa, contratos privados, escrituras notariales, poderes, resolución judicial, manuales técnicos, catálogos de productos, cartas de restaurantes, flyers publicitarios o sencillamente la página web que conviene localizar al idioma local. En Open Idiomes incluso tenemos un traductor interno jurado al catalán.
No olviden que una buena traducción debe parecer como si no fuera una traducción, sino como si se tratara de un texto redactado directamente en la otra lengua, aquí en catalán. A modo de ejemplo comparen los periódicos que traducen sus textos al catalán con aquellos que escriben los artículos directamente en catalán. La riqueza idiomática no es la misma!
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Traductor profesional: definición
Durante la fase de selección de traductores, Open Idiomes se centra en diferentes cualidades y aptitudes que estimamos necesarias para definir un traductor profesional. En resumen, un buen traductor debe:
– Dominar el idioma de origen: es muy necesario para entender todos los matices de la lengua que se quiere traducir. Es imprescindible haber vivido en el país y haber tenido contacto directo con la lengua para entender todo el significado de un texto.
– Tener un muy buen nivel de redacción del idioma de destino: es decir de su propio idioma. Damos por hecho que lo domina pero la diferencia entre un buen traductor y uno no tan bueno, díganos, estriba en el nivel de redacción. Un buen traductor debe demostrar habilidad de copywriting, es decir una buena capacidad de redacción según el tipo de texto a traducir.
– Debe utilizar herramientas de memoria de traducción (TM) para almacenar todas las frases que ha traducido y archivarlas (segmentarlas) por cliente. Así cuando le encarguemos un texto nuevo a traducir de un cliente concreto, podrá encontrar la terminología utilizada anteriormente para ese mismo cliente.
– Debe conocer la temática del texto a traducir. Según sea un texto de ámbito jurídico, publicitario o de medicina, por ejemplo, cada traductor se encontrará más o menos cómodo según su propia especialidad. Una buena agencia de traducciones, como Open Idiomes, debe asignar el trabajo al traductor más experto en un tema concreto.
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El Gestor de proyectos
- Recibe los pedidos.
- Se encarga de hacer los presupuestos.
- Busca las memorias de traducción de cada cliente para reutilizar el mismo vocabulario.
- Envía las instrucciones al/ a los traductor/es.
- Controla los timings para una entrega puntual.
- Selecciona al traductor idóneo.
- Analiza las preguntas del traductor, las responde y envía las dudas al cliente.
- Envía la traducción a revisar como etapa final.
- Recepciona y archiva la memoria de traducción creada.
- Revisa el formato final.
- Envía la traducción al cliente y el conteo al departamente contabilidad.
- Se encarga de la etapa post venta si es necesario.
¿Qué es una transcripción?
Muchas veces, personas del mundo empresarial asisten a reuniones cuyo contenido quieren recordar o analizar, u otras veces se hacen reuniones de marketing sobre un producto concreto y los analistas necesitan disecar cada una de las reflexiones de los asistentes. Entonces se nos pide una transcripción de dicha reunión. Pero ¿qué es exactamente una transcripción? Pues, consiste en grabar la reunión en una cinta o dispositivo en formato MP3 y luego un traductor irá escuchando esa cinta y la transcribirá, es decir escribirá lo que va oyendo. Es un trabajo lento porque muchas veces nos paramos al hablar, se solapan voces entonces hay que ir para atrás para rebobinar o volver a escuchar una parte concreta del audio. En Open Idiomes consideramos que un audio de una hora requiere unas cinco horas de trabajo. Por supuesto, se puede hacer la transcripción directa , es decir redactar en el mismo idioma que el audio, o indirecta es decir ir traduciendo directamente conforme se va escuchando.
Solemos dar unos consejos a nuestros clientes a la hora de encargar una transcripción:
– pedir al locutor/a los locutores que hablen lo más claro posible y con una voz suficientemente alta.
– pedirles que vayan haciendo pausas, no hablar demasiado rápido.
– pedir a los asistentes que, en la medida de lo posible, no hablen todos a la vez. Sino a veces no se puede entender y hay trozos inaudibles.
– colocar la grabadora cerca del micro para captar mejor el sonido, pero no demasiado cerca para no oír ruidos que distorsionan la voz del locutor. De todas formas siempre recomendamos hacer una prueba de grabación antes de empezar y escuchar para asegurarse que se distingue bien el locutor y que no se oyen ruidos de fondo.
– Y, por último, dejarnos el tiempo suficiente para transcribir porque, como hemos dicho anteriormente, es un trabajo que requiere su tiempo.
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Revisión y corrección de textos
Ya se sabe, con la crisis mucha gente universitaria se fue unos años a otros país bien para acabar sus estudios mediante el programa Erasmus bien para trabajar unos años buscando una mejor situación profesional. No cabe duda que son gente muy bien preparada y que al pasar una larga temporada al extranjero acaban dominando aquel idioma del país donde han vivido unos años. Sin embargo, de ahí a poder redactar en esa lengua como un profesional nativo hay mucha distancia. Por eso muchos de nuestros clientes deciden a veces redactar ellos mismos un informe, un escrito, un folleto o cualquier documento profesional. No obstante, son conscientes de sus límites y antes de llevarlo a publicar o para presentarlo en público nos los envían para que lo revisemos.
Traducir un menú de restaurante
Ventajas de trabajar con traductores que viven en su propia área cultural.
Una traducción = traducir + redactar
Una de las valoraciones por parte de los clientes hacia nuestro trabajo no se refiere sólo a la traducción que, se supone, ha de ser perfecta, sino a otro aspecto que no hay que pasar por alto, me refiero a la redacción o el estilo si prefiere. Claro, traducir también es redactar y ahí sí que vemos diferencias entre traductores más expertos que otros para algunos ámbitos o sencillamente profesionales que tienen más facilidad a la hora de expresar las ideas. Una buena redacción supone una sintaxis que será por supuesto diferente de la frase original, motivo por el cual es necesario leer la frase entera antes de traducirla. Muchas veces hay que dar la vuelta a esta frase porque en nuestro idioma lo decimos así y no de otra manera. Es nada más que un ejemplo entre tantos que demuestra que una redacción acurada siempre recibirá una valoración positiva por parte del cliente. Huelga decir que revisar un texto mal redactado supone redactarlo de nuevo, no sólo se trata de cambiar 3 o 4 palabras, por ese motivo fijar un precio para una revisión siempre es tarea ardua porque no sólo depende de la exactitud de la traducción sino sobre todo de la calidad de redacción.
El Traductor no es maquetador
Cada vez más los clientes nos encargan traducciones en formatos como Indesign, que está muy de moda porque es aquel que utilizan los maquetadores para crear sus folletos, flyers y otros documentos de comunicación. Claro, para nuestros clientes el ideal es sobrescribir el texto original colocando el texto traducido en su sitio y reajustando los espacios. Sin embargo, eso supone dedicar más tiempo al texto traducido y tener unos conocimientos en informática que el traductor no siempre tiene. No olvidemos que el traductor traduce, no maqueta el texto, que es una tarea que corresponde al maquetador. Word es la herramienta de tratamiento de texto más utilizada del mercado pero otros programas de diseño no son considerados softwares para escribir. Un texto complejo maquetado en Power Point por ejemplo requiere mucho tiempo a la hora de traducirlo, hay que entrar en cada “text box” , o casilla de texto, y eso ralentiza el proceso, y no olvidemos que la traducción se cobra por palabra. El ideal es que el cliente nos entregue los textos en Word y luego que esos textos se vuelquen al programa de diseño (Indesign, webs…) siendo la etapa final la de revisión del texto maquetado por parte del traductor. La empresa de traducción y el cliente tienen que abordar este aspecto para obtener un resultado final óptimo.