Criterios para seleccionar un traductor de calidad

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Open Idiomes cuida especialmente la selección de sus traductores, tanto a los que trabajan en plantilla como los colaboradores externos que residen en su propio país. El objetivo no es otro que conseguir traducciones de calidad, por eso el proceso de selección debe obedecer a criterios estrictos de calidad y asegurarnos que el traductor podrá respetar nuestra política de calidad. El servicio prestado a los clientes debe ser de alto nivel a partir de las exigencias que observamos hoy en día, exigencias requeridas por el mercado globalizado en el que vivimos. Siempre será la propia agencia, nosotros en este caso, la que responderá ante los clientes sobre la calidad del trabajo realizado.
Las cualidades que exigimos a nuestros traductores son:
– Haber tenido la formación académica adecuada: título universitario de traducción o equivalente.
– Demostrar una experiencia mínima de 5 años como traductor.
– Dominar los programas de informática: Word, Excel Power Point así como el programa de memoria de traducción Trados.
– Tener disponibilidad 8 horas al día y 5 días a la semana, que corresponde a la jornada laboral. Eso significa dedicarse plenamente a la traducción.
– Disponer de un acceso rápido (Skype) para atender urgencias, en efecto las traducciones urgentes no escasean hoy en día.
– Ser dado de alta como autónomo
Por último, demostrar voluntad de trabajar, empatía y poseer cierta flexibilidad para atender los pedidos.
Por nuestra parte complementamos el trabajo del traductor aportando  conocimiento y formación continua:
– Confeccionamos los léxicos, las bases de datos y las memorias de traducción aprobadas por los clientes y se las enviamos a nuestros traductores.
Controlamos la calidad de las traducciones que revisamos íntegramente. Los traductores reciben el fichero con los cambios efectuados después de la fase de revisión, etapa imprescindible para ofrecer un servicio de calidad a nuestros clientes. Este proceso responde a la norma UNE-EN 15038:2006 que aplicamos en todas nuestras traducciones.
– En caso de proyectos grandes establecemos la red de traductores para garantizar homogeneidad del estilo y de la terminología. Hacemos un seguimiento de la calidad y de la buena coherencia de las diferentes partes traducidas.
– En caso de documentos técnicos nos encargamos que un experto del sector lea el resultado final de la traducción para asegurar un estilo correcto.
– Controlamos los timings y estados de las traducciones para entregar los trabajos de forma siempre puntual.
En resumen, seleccionar a un buen traductor es la base para realizar un trabajo de calidad, pero no es suficiente. La política de calidad de la empresa forma parte también de este engranaje. Open Idiomes lleva dos décadas realizando traducciones y una de nuestras premisas es la calidad. Aparte de la calidad de la traducción propiamente dicho, otro criterio importante es la puntualidad de la entrega.
No dude en solicitar un presupuesto o pedirnos más información:

Traducción castellano catalán

 

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No es la combinación que más nos solicitan los clientes pero no cabe duda que es de las más exigentes. Efectivamente, en muchas empresas el propio personal, cuya lengua materna es el catalán, se ve muy capacitado para traducir sus propios materiales. Sin embargo, tenemos que avisarles que no es tan fácil realizar un trabajo de alta calidad en lengua catalana sin una preparación a tal efecto. Para traducciones de castellano a catalán se exige un nivel de redacción muy correcto en lengua catalana, sin incurrir en hispanismos. Y esto sólo un traductor profesional o una persona que acostumbra a redactar en lengua catalana lo puede hacer. Lo difícil es no mezclar los dos idiomas en la sintaxis. Tampoco podemos olvidar las reglas gramaticales propias de la lengua catalana, que son complejas y que conviene conocer.

Los documentos que nos piden traducir en catalán suelen ser: informes de empresa, contratos privados, escrituras notariales, poderes, resolución judicial, manuales técnicos, catálogos de productos, cartas de restaurantes, flyers publicitarios o sencillamente la página web que conviene localizar al idioma local. En Open Idiomes incluso tenemos un traductor interno jurado al catalán.

No olviden que una buena traducción debe parecer como si no fuera una traducción, sino como si se tratara de un texto redactado directamente en la otra lengua, aquí en catalán. A modo de ejemplo comparen los periódicos que traducen sus textos al catalán con aquellos que escriben los artículos directamente en catalán. La riqueza idiomática no es la misma!

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Traductor profesional: definición

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Durante la fase de selección de traductores, Open Idiomes se centra en diferentes cualidades y aptitudes que estimamos necesarias para definir un traductor profesional. En resumen, un buen traductor debe:

Dominar el idioma de origen: es muy necesario para entender todos los matices de la lengua que se quiere traducir. Es imprescindible haber vivido en el país y haber tenido contacto directo con la lengua para entender todo el significado de un texto.

Tener un muy buen nivel de redacción del idioma de destino: es decir de su propio idioma. Damos por hecho que lo domina pero la diferencia entre un buen traductor y uno no tan bueno, díganos, estriba en el nivel de redacción. Un buen traductor debe demostrar habilidad de copywriting, es decir una buena capacidad de redacción según el tipo de texto a traducir.

Debe utilizar herramientas de memoria de traducción (TM) para almacenar todas las frases que ha traducido y archivarlas (segmentarlas) por cliente. Así cuando le encarguemos un texto nuevo a traducir de un cliente concreto, podrá encontrar la terminología utilizada anteriormente para ese mismo cliente.

Debe conocer la temática del texto a traducir. Según sea un texto de ámbito jurídico, publicitario o de medicina, por ejemplo, cada traductor se encontrará más o menos cómodo según su propia especialidad. Una buena agencia de traducciones, como Open Idiomes, debe asignar el trabajo al traductor más experto en un tema concreto.

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El Gestor de proyectos

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El gestor de proyectos es una figura sumamente importante en una empresa de traducciones que se esfuerza en ofrecer calidad a sus clientes. Su responsabilidad será la de encargarse de los diferentes proyectos enviados por los clientes y seleccionar al traductor idóneo en función de la especialización del texto. En definitiva será el enlace permanente entre quién pide la traducción (el cliente) y quién la está haciendo (el traductor).
¿En qué consiste su trabajo?
  • Recibe los pedidos.
  • Se encarga de hacer los presupuestos.
  • Busca las memorias de traducción de cada cliente para reutilizar el mismo vocabulario.
  • Envía las instrucciones al/ a los traductor/es.
  • Controla los timings para una entrega puntual.
  • Selecciona al traductor idóneo.
  • Analiza las preguntas del traductor, las responde y envía las dudas al cliente.
  • Envía la traducción a revisar como etapa final.
  • Recepciona y archiva la memoria de traducción creada.
  • Revisa el formato final.
  • Envía la traducción al cliente y el conteo al departamente contabilidad.
  • Se encarga de la etapa post venta si es necesario.
En definitiva, el gestor de proyectos es una persona insustituible en una agencia de traducciones. Su labor es constante y permite entregar un trabajo de calidad.
Más información en:

¿Qué es una transcripción?

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Muchas veces, personas del mundo empresarial asisten a reuniones cuyo contenido quieren recordar o analizar, u otras veces se hacen reuniones de marketing sobre un producto concreto y los analistas necesitan disecar cada una de las reflexiones de los asistentes. Entonces se nos pide una transcripción de dicha reunión. Pero ¿qué es exactamente una transcripción? Pues, consiste en grabar la reunión en una cinta o dispositivo en formato MP3 y luego un traductor irá escuchando esa cinta y la transcribirá, es decir escribirá lo que va oyendo. Es un trabajo lento porque muchas veces nos paramos al hablar, se solapan voces entonces hay que ir para atrás para rebobinar o volver a escuchar una parte concreta del audio. En Open Idiomes consideramos que un audio de una hora requiere unas cinco horas de trabajo. Por supuesto, se puede hacer la transcripción directa , es decir redactar en el mismo idioma que el audio, o indirecta es decir ir traduciendo directamente conforme se va escuchando.

Solemos dar unos consejos a nuestros clientes a la hora de encargar una transcripción:

– pedir al locutor/a los locutores que hablen lo más claro posible y con una voz suficientemente alta.
– pedirles que vayan haciendo pausas, no hablar demasiado rápido.
– pedir a los asistentes que, en la medida de lo posible, no hablen todos a la vez. Sino a veces no se puede entender y hay trozos inaudibles.
– colocar la grabadora cerca del micro para captar mejor el sonido, pero no demasiado cerca para no oír ruidos que distorsionan la voz del locutor. De todas formas siempre recomendamos hacer una prueba de grabación antes de empezar y escuchar para asegurarse que se distingue bien el locutor y que no se oyen ruidos de fondo.
– Y, por último, dejarnos el tiempo suficiente para transcribir porque, como hemos dicho anteriormente, es un trabajo que requiere su tiempo.

http://www.open-idiomes.es/transcripción.html

Revisión y corrección de textos

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Ya se sabe, con la crisis mucha gente universitaria se fue unos años a otros país bien para acabar sus estudios mediante el programa Erasmus bien para trabajar unos años buscando una mejor situación profesional. No cabe duda que son gente muy bien preparada y que al pasar una larga temporada al extranjero acaban dominando aquel idioma del país donde han vivido unos años. Sin embargo, de ahí a poder redactar en esa lengua como un profesional nativo hay mucha distancia. Por eso muchos de nuestros clientes deciden a veces redactar ellos mismos un informe, un escrito, un folleto o cualquier documento profesional. No obstante, son conscientes de sus límites y antes de llevarlo a publicar o para presentarlo en público nos los envían para que lo revisemos.

¿En qué consiste la revisión de un documento profesional?
Es evidente que no podemos alterar lo que dice el texto y que muchas veces tampoco disponemos de un original porque el documento se ha redactado directamente en la otra lengua. Nuestro trabajo consiste básicamente en:
corregir las faltas de ortografía y de gramática que puedan haber a lo largo del texto.
revisar la puntuación que suele ser un aspecto poco tenido en cuenta pero que es muy importante para el futuro lector.
corregir el estilo para que fluya y que sea adaptado al tipo de documento que tenemos y al público al que va dirigido.
Suprimir los hispanismos y expresiones malsonantes inevitables para un no-nativo yredactarlo con la sintaxis correcta.
En resumen, sólo un profesional nativo puede encargarse de una revisión de texto, al dominar él todos los entresijos de su propio idioma. En Open Idiomes hacemos muchas correcciones de estilo en cualquier lengua incluido castellano o catalán.
Los CV, cartas de restaurantes, folletos, anuncios publicitarios, etc., son algunos de los documentos que nos suelen enviar a revisar.
¡No publique un texto antes de llevarlo a revisar, su imagen está en juego!
Más información en:

Traducir un menú de restaurante

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Aquí estamos hablando de uno de los ámbitos más difíciles de traducir, y aunque no se considera propiamente dicho un lenguaje técnico da mucha dificultad a los traductores. Efectivamente, se trata de plasmar en otro idioma la traducción de un plato y que el cliente entienda perfectamente de qué estamos hablando. Pero, ahí está la dificultad, cada país tiene una gastronomía diferente. Huelga decir que platos internacionales como la paella, el risotto, el cuscús no tienen traducción porque se han hecho internacionales. Pero ¿qué pasa con comida que es típica de un país y que no existe en otro? Por ejemplo si nos encontramos con una zarzuela, unos pimientos del Padrón, unas papas arrugadas…no se puede dejar esas palabras sin traducir en un menú porque los clientes preguntarán qué es (a pesar de que muchas veces lo dejan así, de hecho las cartas de restaurantesquizás son los documentos peor traducidos si comparamos con otro sector). Consideramos que la mejor opción es dejar el nombre original y poner entre paréntesis una explicación en cada idioma para que los clientes entiendan qué plato se les ofrece.
Otra dificultad estriba en los pasteles que suelen ser también muy diferentes según el país. Aproximarse a un postre parecido no es la mejor opción, repetimos el cliente tiene que tener claro qué es lo que se le propone en la carta. Por lo tanto es importante que lo traduzca un traductor profesional que ha vivido en el entorno geográfico del propio restaurante, o que tenga altos conocimientos de esa gastronomía.
Siempre son pedidos no  muy extensos con palabras que se repiten a veces pero que requieren mucho tiempo para crear un menú inteligible y exacto. Y no olvide que un menú bien traducido resultará fundamental a la hora de atraer a los clientes. En Open Idiomes tenemos amplia experiencia en traducciones de menús para restaurantes, a lo largo de esos veinte años hemos colaborado con varios restaurantes de toda España.
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Ventajas de trabajar con traductores que viven en su propia área cultural.

Hoy en día, la mayoría de las agencias o empresas de traducciones, a parte del personal in-house es decir en plantilla, recurren a su staff de free-lance para aquellos idiomas menos solicitados. A partir de ahí se plantean dos opciones: o bien trabajar con traductores nativos profesionales que viven aquí en España o bien con profesionales pero que residen en su propia área cultural. Es decir, por ejemplo, para realizar una traducción de español a francés se contratará a un traductor francés nativo PERO viviendo en Francia. Luego la revisión se puede hacer internamente con la plantilla. Eso es, a nuestro parecer, la mejor opción para obtener un resultado con una calidad óptima, sin  querer menospreciar a nadie por supuesto. Pero, claro, las ventajas para el traductor que reside en su propio país son muchas: está muy al día del vocabulario y de los giros más actuales, y a nivel de estilo o sintaxis se nota mucho. Aquí en Open Idiomes hemos notado que un traductor que vive en su área cultural no traduce literal, las frases no son calcadas del idioma fuente sino que se estructuran a partir del idioma de destino, aquel en que piensa el traductor. Porque claro, un traductor nativo, con el tiempo, puede pensar en otro idioma, especialmente en el idioma del país donde vive. Imaginémonos si tiene familia y lleva años viviendo en España por ejemplo, no estar conectado cada día o varios meses al año con su proprio idioma también incide en la calidad del trabajo producido. Las lenguas son vivas y evolucionan, conviene estar en contacto con ellas día a día para no perder los matices.
Traducir tiene un coste para las empresas y es necesario tener una calidad óptima para poder rentabilizar este gasto, sin olvidar que estará en juego la propia imagen de nuestro cliente.
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Una traducción = traducir + redactar

Una de las valoraciones por parte de los clientes hacia nuestro trabajo no se refiere sólo a la traducción que, se supone,  ha de ser perfecta, sino a otro aspecto que no hay que pasar por alto, me refiero a la redacción o el estilo si prefiere. Claro, traducir también es redactar y ahí sí que vemos diferencias entre traductores más expertos que otros para algunos ámbitos o sencillamente profesionales que tienen más facilidad a la hora de expresar las ideas. Una buena redacción supone una sintaxis que será por supuesto diferente de la frase original, motivo por el cual es necesario leer la frase entera antes de traducirla. Muchas veces hay que dar la vuelta a esta frase porque en nuestro idioma lo decimos así y no de otra manera. Es nada más que un ejemplo entre tantos que demuestra que una redacción acurada siempre recibirá una valoración positiva por parte del cliente. Huelga decir que revisar un texto mal redactado supone redactarlo de nuevo, no sólo se trata de cambiar 3 o 4 palabras, por ese motivo fijar un precio para una revisión siempre es tarea ardua porque no sólo depende de la exactitud de la traducción sino sobre todo de la calidad de redacción.

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El Traductor no es maquetador

Cada vez más los clientes nos encargan traducciones en formatos como Indesign, que está muy de moda porque es aquel que utilizan los maquetadores para crear sus folletos, flyers y otros documentos de comunicación. Claro, para nuestros clientes el ideal es sobrescribir el texto original colocando el texto traducido en su sitio y reajustando los espacios. Sin embargo, eso supone dedicar más tiempo al texto traducido y tener unos conocimientos en informática que el traductor no siempre tiene. No olvidemos que el traductor traduce, no maqueta el texto, que es una tarea que corresponde al maquetador. Word es la herramienta de tratamiento de texto más utilizada del mercado pero otros programas de diseño no son considerados softwares para escribir. Un texto complejo maquetado en Power Point por ejemplo requiere mucho tiempo a la hora de traducirlo, hay que entrar en cada “text box” , o casilla de texto, y eso ralentiza el proceso, y no olvidemos que la traducción se cobra por palabra. El ideal es que el cliente nos entregue los textos en Word y luego que esos textos se vuelquen al programa de diseño (Indesign, webs…) siendo la etapa final la de revisión del texto maquetado por parte del traductor. La empresa de traducción y el cliente tienen que abordar este aspecto para obtener un resultado final óptimo.