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Los diccionarios bilingües: consumir con moderación.
Calidad – Precio – Timing
¿Cómo aumentar la calidad y reducir el coste a la vez?
Traducir tiene un coste para las empresas, sin olvidar que la globalización obliga muchas veces a publicar textos, folletos, sitio web, tienda online, etc. en varios idiomas. Tener en plantilla a lingüistas expertos es inviable, por lo que resulta interesante contar con una empresa de traducción que pueda ofrecer un servicio ágil y de calidad. Ahora bien: ¿se puede reducir el coste sin mermar la calidad? Nosotros creemos que sí. Veamos:
- Para empezar, por ejemplo, se podrían seleccionar los textos imprescindibles que se deban traducir. Quizás se pueda utilizar resúmenes o imágenes y ser más conciso en los textos divulgativos.
- El cliente debe repasar a conciencia los propios originales que enviará a traducir: cuanto más clara y mejor expresada esté la información, más calidad tendrá la traducción.
- Dar a la empresa de traducción toda la información que le pueda interesar (glosarios, textos internos antiguos sobre el mismo tema, imágenes de soporte, etc.).
- Dejar el tiempo necesario para traducir y revisar por otro lado. Para obtener un buen resultado no se deberían superar las 2500 palabras traducidas al día (es importante saberlo). Además, habría que dejar un día más para la fase de revisión y comprobación final.
- Por último, exigir traductores nativos, profesionales y con residencia en su propia área lingüística, a cuyos servicios habría que añadir la etapa de revisión y comprobación final por parte de la empresa de traducción.
En resumen, con todos los criterios descritos anteriormente se puede minimizar el coste sin alterar la buena calidad de la traducción.
Las repeticiones no se cobran
Suele pasar de vez de cuando: hay clientes que nos envían textos repetidos o con descripciones casi idénticas. Sepan que gracias a ciertos programas de Memoria de Traducción es fácil hacer el recuento y diferenciar entre el texto nuevo y el texto repetido. No se debe cobrar el texto repetido al cliente o como mínimo se debe hacer un descuento apreciable. Lo mismo para con las marcas o números en los cuestionarios, que al no traducirse no se deben cobrar. Muchos clientes lo ignoran y si no piden presupuesto previamente puede llegar la mala sorpresa con la factura. Sepan que están en su derecho de pedir un descuento en caso de repeticiones.